lunes, 4 de febrero de 2013

La repetición

Ningún amor termina,
yace en la cara oscura de la mente
como los objetos en el cuarto
luego de apagar la lámpara

Esas sombres no se apartan
oprimiendo una perilla
como quien descorre un cortinado
para llamar a la mañana.

Es por eso que llegamos a olvidar
aun el nombre querido,
a besar labios idénticos
sin reconocer
aquellos que solíamos besar.

Ningún amor termina:
siempre el azar lo trae
a la luz de los días presentes.

Por eso quiero esconder los ojos
tras cristales oscuros
y desviar el haz de la linterna nocturna,
pues vuelvo a ver el turbante que usabas
la tarde del vermut en Plaza Navona,
el lanzallamas negro y los pajaritos.

La repetición (Plaza Navona) - María Moreno

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