Esto debe sonar de fondo mientras usted lee. Es una orden sugerida.
Gracias.
Gracias años. Gracias Joha. Gracias fé.
Gracias
Oso, gracias Joao, gracias papá, mamá, Tati, abuela Nelly, abuela Marianna,
Tata. Gracias Rufo, gracias Seba, gracias Adri. Gracias Tavo, gracias Pablito,
tía Tere, tío Julio, madrina, Padrino, padrina. Gracias Carmela, siempre.
Gracias Mati, gracias Nani. Gracias scouts, gracias escuela 14, gracias liceo
16 y gracias Safa. Gracias Cedi. Gracias ingeniería. Gracias teatro gigante y
números enormes.
Gracias
plaza, gracias botánico, gracias fútbol. Gracias insectos. Gracias charcos de
turismo y campitos de verano con frascos. Gracias primos.
Gracias
Arteaga. Gracias campamentos, Arequitas, solís y Paso Severino. Gracias fuego,
gracis Fuego, gracias FUEGO. Y gracias agua, ríos, arroyos, océano. Gracias por
no dejarme ver ese fondo.
Gracias
montaña, gracias bosque, gracias pájaros. Muchas gracias Arachania. Gracias
marihuana, gracias whisky y vodka compartida de a 4. Gracias lsd y el centro de
mi universo. Gracias limonero, ciruelo y damasco. Muchas gracias jacarandá.
Gracias huerta, rúcula, menta y pepinos. Gracias Héctor y tu cigarro. Gracias Rafa
y tu garage de vida. Gracias viejo Mañana y tu esquina. Gracias Cholo. Gracias
feria y tu feriante charlatán.
Gracias
chorro de agua fría. Gracias campamentos y carpas y toldos bajo el cielo.
Gracias Daniel, gracias Adriana, gracias por pasarlo. Gracias estrellas.
Gracias lluvias, miles de lluvias. Gracias Pink Floyd y las otras lluvias.
Gracias Thom Yorke. Y gracias Paul, John, George y Ringo. Gracias los Buenos.
Gracias Lucio. Gracias Sensei. Gracias Juan.
Gracias
Kerouac. Gracias Hank. Gracias Mario. Gracias Mario por ayudar. Gracias
colores, muchas gracias colores.
Y
gracias Vivaldi y tu amigo Max por devolverlo. Sano y salvo. Donde fuera que
estuviese.