lunes, 10 de junio de 2013

Soylent Green

Quizá todo sea aún peor de lo que podemos ver. O pensar. 
Hay tantas cosas pasando allá afuera de las que ni siquiera podemos tener noción. Somos alimento de alimento de alimento, y al final de la cadena alguien engulle este sabroso bocado.
La humanidad es un bolo alimenticio desvitaminizado, homogeneizado, pasteurizado, bien light. Y una boca ansiosa devora la carne casi muerta para obtener energía y continuar moviéndose en la misma dirección.
La cadena de producción es esa; esta es nuestra revolución industrial. Somos engranajes de una gran maquinaria que solo nos conduce a nuestra propia muerte, infalible e implacable.
Y nadie lo ve; o nadie quiere verlo.
Entonces, cuando un humano se da cuenta de lo que pasa, es expulsado inmediatamente del sistema. Un engranaje de dientes pulidos, que ya no encastra con los otros, mohoso, putrefacto. Que detendría el movimiento constante, el flujo de producción para generar moho, humedad y hasta pasto. Y nadie, ni nada, escucheme bien, puede detener a la máquina.

1 comentario:

  1. Uno de mis momentos favoritos, de una de mis películas favoritas. Brigado.

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