Siempre que algo muere, otro "algo" nace.
De los despojos de un ser humeante y chamuscado, solo puede surgir un nuevo fuego germinal, rojo furia, desequilibrado en su equilibrio brillante. Y una vez de pie, el camino se ofrece sabroso en su rugosidad.
Sólo existe la vida, es decir el cambio.
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